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- ¿Pueden salvar su matrimonio?
La crisis que actualmente atraviesa la familia se ve reflejada en los datos estadísticos, que muestran sucreciente fragilidad, según constata el padre John Flynn, asiduo colaborador de la agencia ZENIT.
El matrimonio y la familia son realidades cada vez más frágiles. En el Reino Unido, por ejemplo, las últimas noticias muestran que el número de mujeres que han tenido hijos fuera del matrimonio ha subido un 22 por ciento en los últimos 5 años.
Según un reportaje del 29 de junio publicado por el periódico Daily Mail, en el 2006 nacieron fuera del matrimonio un total de 327.000 niños, 59.000 más que en 2001. En términos de proporción con respecto al total de matrimonios, en el 2006 el 43,7 por ciento de los bebés nacieron de madres no casadas.
El Daily Mail citaba a Patricia Morgan, autora de algunos estudios sobre la familia, que acusaba al sistema fiscal británico de favorecer la maternidad en soltería. “Dos de cada tres bebés nacidos fuera del matrimonio lo fueron de parejas que tenían un ojo puesto en los servicios sociales”, declaró al periódico.
Las familias, discriminadas en el Reino Unido
Sus afirmaciones fueron confirmadas por un antiguo ministro para la reforma del estado del bienestar del Partido Laborista. Sostenía que el sistema de impuestos y ayudas “discrimina de forma brutal” a las familias con los dos padres, informaba el periódico Times, el 14 de junio.
Actualmente, una madre soltera que trabaje 16 horas a la semana, tras las ventajas fiscales, gana un total de 487 libras a la semana, explicaba Field. En contraste, una familia con ambos padres que ganen el salario mínimo tienen que trabajar 116 horas para obtener los mismos ingresos, puesto que el sistema de créditos impositivos no tiene en cuenta al segundo adulto.
Los efectos negativos de tal sistema en las familias se vieron confirmados por los datos publicados a principios de año por la Oficina para las Estadísticas Nacionales británica (ONS). Según un reportaje del 11 de abril en el periódico Independent, el 24 por ciento de los niños en Gran Bretaña vivían sólo con un padre en 2006. Cifra que se puede comparar con el 22 por ciento de 2001.
Según la ONS es más probable que estos niños vivan en casas de alquiler y en hogares “no apropiados”.
El matrimonio, amenazado
El informe de la ONS también mostraba que desde 1971 la proporción de personas que viven en hogares con familias tradicionales, con parejas e hijos dependientes, ha descendido del 52 al 37 por ciento de la población. Además, la proporción de personas que viven en pareja sin hijos ha subido del 19 al 25 por ciento.
Los datos sobre cifras de matrimonio han provocado que los grupos pro familia adviertan ante la grave amenaza que vive esta institución, informaba el periódico Telegraph el 22 de febrero.
Las cifras de la ONS para el 2005 revelaban que el número de personas que eligió casarse descendió en un 10 por ciento, llevando al índice de matrimonios más bajo desde que fueron calculados por primera vez en 1862. En 2005 hubo 244.710 matrimonios en Inglaterra y Gales, por debajo de lo 273.070 de 2004.
Según la ONS es más probable que estos niños vivan en casas de alquiler y en hogares “no apropiados”.
El matrimonio, amenazado
El informe de la ONS también mostraba que desde 1971 la proporción de personas que viven en hogares con familias tradicionales, con parejas e hijos dependientes, ha descendido del 52 al 37 por ciento de la población. Además, la proporción de personas que viven en pareja sin hijos ha subido del 19 al 25 por ciento.
Los datos sobre cifras de matrimonio han provocado que los grupos pro familia adviertan ante la grave amenaza que vive esta institución, informaba el periódico Telegraph el 22 de febrero.
Las cifras de la ONS para el 2005 revelaban que el número de personas que eligió casarse descendió en un 10 por ciento, llevando al índice de matrimonios más bajo desde que fueron calculados por primera vez en 1862. En 2005 hubo 244.710 matrimonios en Inglaterra y Gales, por debajo de lo 273.070 de 2004.
¿Pueden salvar su matrimonio?
Los propietarios reconocen que su casa está en malas condiciones, pero han decidido restaurarla.
SI USTED y su pareja quieren rehacer su matrimonio, ¿por dónde pueden empezar? He aquí algunas sugerencias.
1 Tomen una determinación.
Lleguen a un acuerdo. Comprométanse a restaurar la paz en el hogar. Anoten los cambios que piensan hacer. Si ambos se esfuerzan por cumplir con lo pactado, salvar el matrimonio será una labor de equipo (Eclesiastés 4:9, 10).
2 Identifiquen el problema.
¿Por qué se deterioró su matrimonio? Escriban brevemente lo que hace falta en su relación o lo que desearían que cambiara (Efesios 4:22-24). Tenga presente que lo que usted y su cónyuge anoten quizás no sea lo mismo.
3 Fíjense una meta.
¿Cómo querrían que estuviera su matrimonio de aquí a seis meses? ¿Qué mejoras concretas les gustaría ver? Pongan su respuesta por escrito. Al tener una idea clara de lo que se necesita en el matrimonio, les será más fácil alcanzar su meta (1 Corintios 9:26).
4 Apliquen los consejos de la Biblia.
Una vez que hayan identificado el problema y establecido los cambios que les gustaría hacer, vayan a la Palabra de Dios en busca de consejo. Sus principios son eternos y muy prácticos (Isaías 48:17;2 Timoteo 3:17). Por ejemplo, la Biblia nos anima a perdonarnos unos a otros cuando dice: “Es hermosura de su parte pasar por alto la transgresión” (Proverbios 19:11; Efesios 4:32).
Aunque al principio les parezca que no logran mucho, no se den por vencidos. El libro The Case for Marriage presenta los animadores resultados de cierto estudio diciendo: “Por sorprendente que parezca, el 86% de los matrimonios desdichados que deciden permanecer juntos descubren que cinco años después su relación es más feliz”. Hasta las parejas que se autocalificaron de muy infelices notaron una considerable mejoría.
Puede que ustedes también vean una mejoría en su relación. Los editores de esta revista —los testigos de Jehová— han encontrado en la Biblia una serie de principios prácticos para los casados. Muchos matrimonios se llevan mejor cuando son bondadosos, compasivos y se perdonan liberalmente. No pocas parejas han visto el valor de que la mujer manifieste un “espíritu quieto y apacible” y que el hombre “no se encoleric[e] amargamente” con su esposa (1 Pedro 3:4;Colosenses 3:19).